La verdadera transparencia

Autor: Vicente Blas Casino, NNGG provincia

Las administraciones viven inmersas en una carrera hacia la transparencia. Una carrera por acercar las instituciones a las personas y, lo que es más importante, hacer de la gestión de lo público un ejemplo de buen gobierno desde la honradez, la claridad en las acciones y, conditio sine qua non, con los ciudadanos en el centro de las decisiones.

Sin embargo, para alcanzar la meta de la transparencia existen dos sendas. Una, la tomada por la izquierda, sustentada en el papel mojado y la falsa modestia de aquellos que quieren enarbolar la bandera de la renovación democrática a través de fórmulas sin contenido, verdades a medias y políticas de opacidad informativa.

Por suerte, en el otro lado, aquellos que están recorriendo el necesario sendero de la regeneración, si que han estampado su firma de forma comprometida en el contrato de la transparencia como es el caso de Javier Moliner.

Porque transparencia es abrir la administración y cada uno de sus recovecos a todo el mundo. Oposición incluida. Y así lo ha hecho la Diputación al entregarles el borrador de participación ciudadana e invitarles a hacer aportaciones o al anunciar ayer la apertura del Reglamento de Honores a los ciudadanos.

Medidas que permiten al ente provincial demostrar que, mientras otros dan vueltas sin sentido, ella camina hacia una verdadera transparencia institucional.

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